Actualidad Sevilla Fútbol Club

domingo, 23 de noviembre de 2008

Empate justo, pese al árbitro.

Qué malos son los árbitros españoles. Pero qué rematadamente malos. Encima, después, tienen la soberana desvergüenza de salir a la palestra cuando se les da cerita, para decir lo difícil que es hacer su trabajo y que arbitrar es una de las profesiones más complicadas que existen. Indudablemente, nos podría parecer un argumento válido, si no fuese por un pequeñísimo detalle: que tenemos otras ligas con las que contrastar la calidad arbitral patria, y que, por ejemplo, viendo un partido de la liga inglesa (cualquier partido), te das cuenta de lo que debe ser un árbitro. ¿Tienen otro reglamento arbitral los ingleses? No. ¿Acaso no existen grandes clubes con muchísima influencia en la Premier? Sí, y no afecta al nivel arbitral. Otra de las excusas que ponen, es la tendencia del futbolista de la liga española a tirarse a poco que le soplan cerca: Cierto, pero actuando siempre con la connivencia de un trencilla gilipollas que va a pitar a poco que lo rocen, un trencilla para el que no puede haber un mínimo contacto físico pero que, además, cuando intenta hacerse el árbitro bueno, y parecerse a sus colegas británicos, se come patadas y entradas monumentales. Un despropósito.
¿A qué viene todo esto? Pues viene a colación del esperpéntico espectáculo perpetrado ayer por Teixeira Vitienes en el Ramón Sánchez Pizjuán. Es cierto que no pitó penaltis polémicos, ni anuló goles que eran, ni errores gordos, pero absolutamente TODO su arbitraje fue un ejemplo de lo que viene siendo el quiero y no puedo de los árbitros españoles: gilifaltas, tarjetas sin sentido (lo de Navas en la primera falta del partido, no tiene nombre), jugadores que jugaban al volleyball (ayer conté 11 manos del Valencia, involuntarias algunas, pero manos, y el gallego no pitó NI UNA), tíos que tenían que haberse ido a la calle antes del final del partido (vaya partidito de Marchena) y un amplio elenco de faltas que no eran pitadas, y faltas que sí eran sin pitar. Un desastre.
Dicho esto, también hay que ser consecuente: el árbitro no tuvo un peso decisivo en lo que a resultado se refiere. Yo vi a dos equipos jugándose de igual a igual, con más peso específico de uno y otro en diferentes momentos del partido. Incluso, igual el sevillismo me puede, creo que el Sevilla mereció algo más de lo que tuvo, aunque el Valencia tuvo 2 ocasiones claras (Mata y Villa), para marcar.
Me pareció un partido treméndamente táctico, en el que, por momentos, hubo demasiado respeto por parte de ambos equipos: se amagaba con atacar, pero los entramados defensivos tenían ayer mucho más peso específico, y daba la sensación (mirad la cantidad de tiempo que perdía Renan cada vez que sacaba de puerta) de que el Valencia se conformaba con el empate desde el primer tiempo, y de que el Sevilla estaba más preocupado por evitar que Villa, Mata y Joaquín hiciesen de las suyas, que de ir a por el partido.
A mí, personalmente, me gustó mucho el posicionamiento táctico del equipo, muy serio en defensa. Partidazo de Romaric, mucho mejor mientras estuvo respaldado por Duscher (aunque este salió tocado, y se le notaba), de Aquivaldo Mosquera, que ayer estuvo perfecto en el lateral derecho, un Squillaci con una gran jerarquía en la defensa, un Navas que es partido a partido el alma de este equipo (y que por culpa del colegiado gallego, no podrá jugar contra el Barcelona la semana que viene, y este SÍ ES UN PROBLEMA GORDO) y un Fernando Navarro que se merendó el solo a todo lo que venía por su banda. Luisfa y Kanouté ayer, ni fu ni fa. No porque no lo intentasen, sino porque la defensa del Valencia ayer, también hizo un gran trabajo. Y mira que ambos tuvieron ocasiones que podrían haber variado el sentido del partido, pero ayer no era el día de que la pelota entrase.
Tenemos que empezar a asumir que, si bien hace un par de temporadas, nuestro mayor activo era la capacidad de generar ocasiones de gol, este año nuestro gran activo es nuestro excelso sistema defensivo y nuestro orden táctico. A todos nos gustaba el ataque masivo al que sometíamos a los equipos hace un par de años, pero este tipo de fútbol se ha ido. Ahora, nuestro fútbol se cimenta en una de las defensas más rocosas de Europa, con 8 goles encajados en 12 partidos, con un orden táctico de libro. ¿Se pueden ganar partidos así? 24 puntos, a un punto del tercero y porque nos robaron vilmente en Valladolid, si no , otro gallo cantaría. ¿Es más feo lo que se hace ahora? Habrá quien diga que sí, y no le faltará razón, pero se ha demostrado una cosa: que es igual de efectivo este método que el otro y que los resultados están ahí. Para mí, por ejemplo, es impagable el hecho de no ponerme nervioso cada vez que nos pitan un corner en contra, o saber que salgo fuera de casa y que es muy probable que gane el partido, cosa que hace 2 años era casi una utopía.
El próximo sábado, se verán las caras el mejor ataque contra la mejor defensa de la Liga. Yo estaré allí, animando a mi equipo, como ayer, como siempre. Espero que siga el buen trabajo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Opino que te levantas muy temprano para ser domingo.

PD: respecto al artículo, de acuerdo absolutamente en todo.

Anónimo dijo...

yo de acuerdo en todo no, creo k se puede jugar bien y rapido en ataque como hace dos años sin renunciar al orden defensivo de ahora. Lo unico k necesitamos es alguien k le de un poco de velocidad al juego desde el centro, por que Romaric, si bien es cierto que para mi cada dia esta mejor, no luce precisamente por su rapidez y Maresca se ha propuesto que nuestros centrales sean los que mas posesion de balon tengan, por que solo mira hacia atras. Renato y Duscher o Romaric creo que seria la pareja que nos de equilibrio ataque-defensa

Anónimo dijo...

la defensa esta sublime; el principal problema de este sevilla es la lentitud del centro del campo a la hora de circular el balón, lo que hace que ante un equipo tan bien puesto en el campo como el Valencia puedas estar tres dias jugando que no le vas a marcar.

Creo que Renato es fundamental en este equipo jugando como enganche con los dos puntas. Tanto Duscher como Fazio se bastan ellos solos para darle equilibrio defensivo al centro del campo