Actualidad Sevilla Fútbol Club

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Por qué hemos perdido?

Post difícil de escribir. Muy difícil.
Difícil porque, yo no sé vosotros, pero cuando pierde el Sevilla, y más tal y como lo hizo ayer, se me hace muy cuesta arriba hablar, pensar o escribir de fútbol. Como decía Aragonés, "lo peor no es perder, sino la cara de gilipollas que se te queda".
El de ayer, era un partido que teníamos que ganar. Había que ganarlo para ahuyentar fantasmas, propios y ajenos, para cerrar bocas de palmeros reconvertidos a críticos feroces (y que después volverán a ser palmeros), pero, sobre todo, para volver a ganar 3 puntos y que el equipo recobrase frescura y ánimos después de la derrota ante el Málaga y el ridículo de Ponferrada.
El Valladolid iba a intentar jugarnos como lo hicieron los leoneses y los hombres de Tapia: presionando arriba, cortándonos las vías por el centro y la distribución de balón y atacar por las bandas. Y así fue: desde los primeros minutos de partido, vimos a un Valladolid metiendo presión en el centro del campo y en la línea de tres cuartos, aprovechando los robos de balón para contragolpear, con llegadas de Sesma y de Pedro León. El Sevilla parecía, otra vez, el equipo timorato e insulso de partidos como el del Racing o el Betis. Mala pinta. Romaric jugando de 11 (un extremo tiene, como mínimo, que ser veloz y Romaric es la antítesis de la velocidad), no aportaba por la izquierda, Duscher no andaba fino y se buscó una tarjeta excesivamente pronto (merecida, porque esa entrada no se puede hacer), Escudé, descolocado, cometió un par de fallos que nos metieron miedo en el cuerpo...
Sin embargo, la mejoría de Konkó se hacía evidente, Renato aportaba eso que sólo él sabe aportar (este niño podría dar lecciones de clase y técnica futbolísticas en cualquier universidad) y Navas, que, una vez más, reparte compromiso y calidad a quien quiera y a quien no quiera. Una contra, perfectamente llevada por el duende de Los Palacios, hizo subir el primer gol, obra de Renato al marcador. Contragolpe de libro, y ahí el partido cambia radicalmente. Comienza el Sevilla bueno de verdad, el que toca, tiene profundidad. Nos hemos sacudido los nervios y la máquina coge confianza. Una delicia.
¡Un momento! Se me ha olvidado comentar algo: Tarjeta amarilla a Luisfa ¿motivo? La celebración del gol. A mí, Perez-Lasa me gusta tan poco como a cualquier sevillista. Hemos visto auténticos robos a mano armada de este tío, hincha ultra del Osasuna, y odiante manifiesto de todo lo que huela a Sevilla (carretera de Cádiz inclusive). Desde el primer minuto de partido, andábamos con la mosca detrás de la oreja: una amarilla a Duscher (merecida como dije antes) y otra a Navas, total y absolutamente arbitraria y estúpida, porque fue Marcos el que provocó la situación. No obstante, como decía, lo de Luis Fabiano tiene más miga. Os invito a ver las imágenes de la primera tarjeta, pero, para los que no las hayáis visto, os las resumo : Los jugadores, tras el primer gol del Sevilla, están volviendo al centro. Los jugadores de Valladolid, colocados para sacar y Romaric y Luis Fabiano están volviendo, rezagados (tal y como pasa en TODOS los partidos de fútbol en algún gol). Pérez-Lasa comienza a mirar a Luisfa, pita y se va corriendo a por el delantero a enseñarle la amarilla, sin haberlo advertido de que iba a pitar el saque de centro. Es como un resorte: mira a Luisfa, pita y sale corriendo hacia él. Pero es que, además, Romaric todavía estaba en el campo del Valladolid ¿a él le sacan tarjeta? ¿Por qué cargarse a Luisfa? ¡Ah! el único delantero que llevaba el Sevilla de sus 4 titulares.....Blanco y en botella, oiga.
Sigamos con el partido: el juego del Sevilla, como decía, de 10. Otra jugada impresionante de todo el equipo, acaba con un remate precioso de Jesús Navas y el 0-2 en el marcador. Le habíamos dado la vuelta a la situación.
Seguía nuestro domino, el control de la situación...pero llega el desastre. Jugada en la que Luis Fabiano se queda sólo delante del portero, después de luchar un rebote, y en lugar de chutar a puerta, regatea y SE TIRA. Segunda amarilla, y a la calle. Mirad, Pérez-Lasa es un mal árbitro, es antisevillista, pero en el resultado de ayer, influyó más bien poquito. La culpa de la segunda amarilla de Luis Fabiano, la tiene Luis Fabiano. No hay más. Son las idas de olla a las que nos tiene acostumbrado O'Fabuloso, y que, además ayer, nos dejan con 10 en el peor momento, y sin recambio posible. Lo que hace ayer Luisfa es para matarlo a collejas, porque no es que se autoexpulse con una entrada o una protesta, es que se tira cuando va a marcar el 0-3, sin necesidad alguna de hacerlo y con el partido controlado. Vamos, una GILIPOLLEZ.
Eso sí, al César lo que es del César. Lo que viene después no es culpa de Luisfa. Jiménez ponía paños calientes, diciendo que la primera línea de presión se había ido, y yo digo que tururú. Nosotros hemos visto luchar y ganar al Sevilla con 10 y con 9, pero yo no exigía que se ganase, sino que se diese la cara. Lo de meter a Renato por la derecha y pasar a Navas a la media punta el resto de la primera parte, nos costó el primer gol del Valladolid, porque Renato no defiende por la derecha como Navas, y teníamos las 2 bandas capadas, con tíos técnicos pero que no tienen la explosividad de un extremo. Jiménez se da cuenta de su error, y los vuelve a ubicar en su sitio. Tarde porque el equipo ya estaba nervioso. Ese gol fue el que nos hizo perder el partido.
El segundo tiempo empezó mal y fue a peor: si bien en ninguno de los dos goles se pudo hacer más (el segundo un rebote y el tercero una falta perfecta), la actitud del equipo varió ostensiblemente. Pasito atrás, pelotazos adelante, sin salida de balón, nervios al defender.....Me recordó a partidos como Fenerbahçe o Barcelona el año pasado. Y eso, tiene que ser el Mister el que lo corrija, porque todo un equipo no se puede meter atrás con 60 minutos de partido por disputar. Igual que aquí he alabado el trabajo de Jiménez muchas veces, ayer lo hizo mal, muy mal. Inconcebible además que el equipo no vuelva a crear una ocasión de gol desde el 3-2.
En fin, que Peréz-Lasa inclina, pero no determina, que el partido lo perdió el Sevilla, que Luis Fabiano tiene mucho sobre lo que pensar esta semana, y que tenemos que ir, SÍ o SÍ, a comernos al Recre. Si hemos sacado algo en positivo de este partido, que deberíamos, es momento de cambiar y de recomponerse.

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