No hay nada que dure 100 años.

Este post no va a ser muy extenso, porque estoy bastante mosqueado.
Mosqueado por haber perdido un partido con un rival que es netamente inferior al Sevilla Fútbol Club, no porque sea el Málaga (debemos quitarnos de una vez esa tirria interandaluces), sino porque era un partido de esos que después echamos de menos.
Fin a una racha, una racha larga y exitosa de Manolo Jiménez en el banquillo del Sevilla. Pero, leed bien, FIN A UNA RACHA, NO A UN ESTILO DE JUEGO NI A UN CONCEPTO DE EQUIPO. El Sevilla Fútbol Club sigue siendo igual de bueno que esta mañana, que el día del Stuttgart o que el día del Almería. Los planteamientos de Manolo Jiménez siguen siendo igual de válidos. Es que, simple y llanamente, el equipo hoy ha jugado mal y el Málaga ha jugado muy bien.

Hoy el club costasoleño nos ha dado una lección de posicionamiento y presión. Perfecto planteamiento táctico el del Málaga, nunca ha perdido su sitio, geniales las coberturas defensivas y presionando en nuestra línea de tres cuartos, con dos futbolistas encima del futbolista del Sevilla que estuviese creando juego. Nuestro centro del campo hoy no funcionaba; ni Maresca ni, en el segundo tiempo, Romaric hicieron nada por mover el juego, parte porque no era su día, parte por la excelente labor malaguista. La defensa estuvo seria, algo nervioso Crespo al principio, aunque un fallo puntual nos costó un gol en el minuto 15 de juego.
No sé por qué, pero tenía esa impresión de que, por mucho tiempo que durase hoy el partido, se nos iba a hacer un mundo el empatar. Espeso, muy espeso el juego del equipo: Adriano no estaba bien, y se autoexpulsó con un codazo estúpido, Navas excesivamente solo, con pocos apoyos de los mediocentros y de Crespo, Renato bajando en exceso a recibir la pelota, y Luisfa con algún chispazo (y mala suerte, con un balón al larguero y otro sacado prácticamente bajo palos), pero falto de ritmo. El Málaga volcado en destruir, estorbar y salir al contragolpe cuando se podía (salvador Palop en el segundo tiempo en las contras), que era el juego que tiene que hacer un equipo que se sabe inferior y que tiene que ir a jugar a un campo difícil. Y el planteamiento de Tapia salió perfecto.
Los cambios no aportaron nada diferente, con un Cheva protestón pero con poco ritmo y Armenteros que intentó cosas, pero hoy no era el día.
Yo creo que el partido se podría resumir en eso, en que hoy no era el día. Pero, reitero una vez más: magnífico partido del Málaga.
Sólo nos queda mirar adelante, y rehacernos el próximo domingo. No queda otra. Hay equipo y hay afición. Por cierto ¿a quién co** le pitan los oportunistas? ¿Alguien pensaba que lo íbamos a ganar todo? Ahora más que nunca, porque no ha pasado nada. Sevilla Fútbol Club.